Muchos hombres son víctimas de amenazas, presiones verbales y escritas que intentan impedir que denuncien abusos o irregularidades en procesos de divorcio y custodia. Un perito lingüista y criminalista forense puede documentar y demostrar estas conductas ante tribunales y comisarías.
En muchas comisarías, los agentes que toman declaración usan preguntas de sí/no o transcriben mal lo declarado. A veces ponen: “preguntado sobre X, contesta: Y”, donde el declarante no entiende ni conoce qué significa “Y” en el sistema informático. Esto puede marcar la diferencia entre su libertad o condena.
Los policías que obligan a responder preguntas cerradas pueden cometer ilícitos administrativos y penales, aprovechándose de que el declarante no sabe que tiene derechos y que la declaración no está grabada. La presencia de un perito lingüista asegura que la declaración se realice con garantías.
El declarante sale de la comisaría con su firma y tres firmas en contra suya (del policía que transcribe y de otros miembros del equipo). Un perito lingüista analiza la transcripción y detecta cualquier manipulación o alteración que pueda afectar la libertad del declarante.
Nunca se deben responder a preguntas cerradas con sí/no si no se comprende totalmente la pregunta. El perito lingüista enseña estrategias para declarar con claridad y seguridad, evitando manipulación, ambigüedades o transcripciones erróneas.